Se ha cumplido la traición a España, ahora sí que ya no tiene sentido que Asturias nos siga guiando y debemos tomar cada uno nuestro camino por separado hasta que nos volvamos a unir para derrotar al mal encarnado por las hordas agareñas que intenten invadir occidente y destruir al pueblo de Jesús, creando la Santa Cruzada que nos libre del sufrimiento y derrochando profunda moral católica y compasión cristiana.
Porque España sólo tiene sentido como unión de los pueblos cristianos, y por lo tanto libres, en defensa de la comunidad de los seguidores de Cristo nuestro señor que quita el pecado del mundo y que murió en la cruz para salvarnos y darnos esperanza, así como para reservarnos un lugar en la eternidad junto al Santo Padre Todopoderoso y Creador, en el Reino celeste de Jerusalén.
Hoy en día, cuando España es en sí un anacronismo, quedaba la esperanza de volvernos a unir bajo la batuta del rey Pelayo, en su reencarnación cristiana, o en su defecto, bajo una niña protegida por la Santiña. Pero no, mostrando una vez más la distancia entre los pueblos y su unitario gobernante, se ha vuelto a traicionar la tradición católica impertante durante siglos, y motivo de la unificación bajo los reyes que, por Católicos, lo eran de todas las Españas, y no sólo no se ha bautizado a la futura representante de estos pueblos bajo la protección de la Santa Patrona, sino que se utiliza un nombre de dudoso gusto y de poco rancio abolengo demostrando ante el mundo su intención de no servir a los individuos y a los pueblos sino demostrar una ostentación de abuso de poder y de estúpida sumisión de sus subditos ante los caprichos reales.
Una vergüenza.
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| Imagen: Casa Real | 
Hoy en día, cuando España es en sí un anacronismo, quedaba la esperanza de volvernos a unir bajo la batuta del rey Pelayo, en su reencarnación cristiana, o en su defecto, bajo una niña protegida por la Santiña. Pero no, mostrando una vez más la distancia entre los pueblos y su unitario gobernante, se ha vuelto a traicionar la tradición católica impertante durante siglos, y motivo de la unificación bajo los reyes que, por Católicos, lo eran de todas las Españas, y no sólo no se ha bautizado a la futura representante de estos pueblos bajo la protección de la Santa Patrona, sino que se utiliza un nombre de dudoso gusto y de poco rancio abolengo demostrando ante el mundo su intención de no servir a los individuos y a los pueblos sino demostrar una ostentación de abuso de poder y de estúpida sumisión de sus subditos ante los caprichos reales.
Una vergüenza.

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