Las mentiras sobre La Iglesia y el SIDA

Creo que ya he hablado sobre este tema, pero es que me apetece criticar a los pijoprogresistas nacionalistas españoles porque hoy es uno de esos días del mes en que me apetece tocar las pelotas.

El tema es que, como consecuencia del día por la lucha contra el SIDA que se celebró hace unos días (no me acuerdo cuándo exactamente), se ha vuelto a criticar la actitud de la Iglesia en relación al uso de preservativos.

Se ha vuelto a decir que el preservativo es un método eficaz en la lucha contra el SIDA y que, posiblemente, sea el método más útil para evitar la propagación de la enfermedad por la vía sexual. Ante esto no me queda más que decir que esto no es más que anticlericalismo barato sin ningunas ganas de resolver ningún problema que genera el SIDA y apuntando como culpable a una de las pocas instituciones que realmente trabaja con los enfermos en su curación y rehabilitación para que puedan llevar una vida normal, porque en los países subdesarrollados del África subsahariana es donde la labor de los misioneros católicos colaboran con las comunidades para ayudar a los enfermos.

Imagen: Voz Libre


Como no quiero caer en la demagogia, voy a exponer lo que realmente me parece inapropiado de ese discurso inculpador contra la Iglesia. Se dice que la Iglesia no tolera el uso de preservativos entre sus fieles, es más, pide a sus fieles que no usen el preservativo porque es "pecado". Los que dicen esto, además, elaboran una relación causa efecto entre esta desaprovación por parte de la Iglesia del uso del preservativo con que los fieles propaguen la enfermedad en sus relaciones sexuales. Lo que me parece incorrecto de este discurso es suponer que los que propagan la enfermedad son fieles y lo voy a argumentar.

La Iglesia desaconseja, incluso prohibe moralmente, el uso del preservativo, pero no como mecanismo para evitar la propagación y contagio del SIDA, sino como método anticonceptivo. Seamos serios, la mayoría de las personas que utilizan un preservativo lo usan como método anticonceptivo, no como método de evitar enfermedades venéreas o que se transmitan mediante relaciones sexuales. La posición de la Iglesia frente a los anticonceptivos es clara, podrás estar a favor o en contra pero es la que es, y el que quiera ser católico debe saber que el uso de anticonceptivos no esta permitido por la Iglesia. El porqué, aunque es largo y difícil de explicar, está en que los hombres y las mujeres deben dedicar su vida a dios y no a las tentaciones, y si caen en ellas, deben hacerlo dentro del sacramento del matrimonio y asumiendo todas las consecuencias que dios les provea, es decir, si quedan embarazados, deben aceptarlo con felicidad. Vuelvo a decir, podrás estar a favor o en contra, pero esto es de manera simplista el pensamiento Católico.

El problema surge al ser el preservativo no sólo un método anticonceptivo, sino un mecanismo de prevención de enfermedades tan mortales como el SIDA. Se acusa a la iglesia que al escudarse en que es un anticonceptivo, está fomentando la propagación de la enfermedad. Pero éste es una análisis muy simplista y tramposo, porque los críticos a la Iglesia sólo se fijan en el discurso secundario de la Iglesia y no en el principal. El discurso secundario es el no uso de preservativos como método anticonceptivo. El discurso principal de la Iglesia es seguir la moral cristiana. En esa moral no caben las relaciones extramatrimoniales, la poligamia, la promiscuidad, el divorcio, etc. Si un católico sigue la doctrina de su Iglesia, no tendrá relaciones sexuales, con lo que no necesitará prevenirse de enfermedades de transmisión sexual. Si las tiene, serán relaciones estables y siempre con la misma pareja, como se dice, hasta que la muerte les separe, así que no son una fuente de propagación de la enfermedad, ya que de tener uno la enfermedad sólo se la propagaría a su pareja y de ahí no saldría. Lo que la Iglesia pide a esa pareja cristiana que en matrimonio mantiene relaciones, porque en la Iglesia no existe más relación sexual que esa, es que no utilice métodos anticonceptivos, como el preservativo.

Si un católico está manteniendo otro tipo de relaciones sexuales, me parecería hipócrita exigirle responsabilidades a la Iglesia, porque si ese individuo no cumple con los principios morales católicos de abstinencia extramatrimonial, ¿cómo se puede atender a un discurso secundario como es el no uso de anticonceptivos?. Sin duda, la Iglesia ve más censurable la promiscuidad y las relaciones extramatrimoniales, que el uso de preservativos en ellas. Lo que no puede hacer la Iglesia es validar el uso de un elemento anticonceptivo para sus fieles mientras están cometiendo un acto que se sale de la moral católica.

Ahí es donde yo creo que reside la debilidad del argumento de los anticlericales que usan demagogia en este asunto. Se han llegado a decir barbaridades como que Juan Pablo II era un asesino por esta razón, intolerable.

Espero comentarios y críticas.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
ME PARECE LO PEOR LO QUE DICES.
LO PRIMERO QUE EL CATOLICISMO NO DICE QUE NO SE USE EL PRESERVATIVO SINO UN GRUPO DE PERSONAS QUE COMPONEN LA JERARQUIA ECLESIASTICA Y LO HACE POR QUE SON UNOS FUSTRADOS Y AMARGADOS.
Anónimo ha dicho que…
ok buen discurso pero que pasa entonces con las personas que solo mantienen relaciones permitidas por la iglesia (solo en el matrimonio y con la misma pareja.) talvez no contraigan enfermedades.. pero tampoco se van a exponer a tener todos los hijos que "dios" les quiera dar para que despues se mueran de hambre
HFC ha dicho que…
La planificación familiar no es algo que deba preocupar a un católico.
Anónimo ha dicho que…
Totalmente de acuerdo con el artículo. La Iglesia señala un camino a seguir que es de abstinencia, fidelidad y monogamia. En abstinencia no hay contagio posible. En fidelidad no hay propagación posible. En monogamia lo mismo. Imposible expandir el SIDA si se hace caso a la Iglesia. Pero si alguien no está de acuerdo con la moral católica, y mantiene relaciones sexuales con todo lo que puede ¿cómo va a importarle la desaprobación del preservativo? La desaprobación es para los cristianos, y éstos, si lo son de verdad, no están expuestos al riesgo. Conclusión: la Iglesia al desaprobar el preservativo no es culpable de la propagación del SIDA.