Hoy es el 30º aniversario de que Juan Carlos de Borbón sucedió a Franco tras la muerte del jefe del Estado. Pasó a gobernar con el título de Rey de España y tuvo todos los poderes que le concedía el fuero de los españoles, que a su vez eran los que tenía Franco hasta hacía dos días.
La actitud del tipo este siempre fue el apoltronamiento, la supervivencia en el cargo. No ansiaba poder, sólo mantener su estatuts económico, el que le había concedido Franco, y el perpetuar su prole como casta única que ocupara la jefatura del estado español por los siglos de los siglos.
Su idea era mantener las instituciones franquistas, pero la alta conflictividad social tras la muerte del salvador de la patria era muy grande. Así que decidió crear un partido político entre gente de su confianza para nombrar un nuevo gobierno en torno a Adolfo Suárez, su mano derecha. Adolfo Suárez era un conservador tradicionalista pero con un talante europeista que le hacía acercarse a Europa. Además era pacifista lo que le llevaba a intentar evitar los conflictos con concesiones hasta donde fuera posible.
Pero el partido de Suárez necesitaba financiación, y las arcas del Estado no eran muy importantes, así que Juan Carlos pidió dinero al Sha de Persia, que financió la creación de UCD. Con este partido, único legal, se procedió a legalizar el resto de partidos con menos recursos. La victoria de UCD fue aplastante.
Bueno lo demás es conocido, la historia de una farsa, representantes políticos comprados con ese dinero, marginación y condena de aquellos que se oponían a lo que se estaba cociendo, exclusión de la sociedad civil de las conversaciones, referéndum de aceptación de lo que se cocinaba por estos pocos politicastros que no representaban a nadie bajo amenaza de vuelta a los años de la represión, asesinatos de concejales y políticos que denunciaban los hechos y alimentación de fuerzas paramilitares que forzaran al máximo la situación.
Esto tuvo su máximo apogeo con la pantomima de golpe de Estado dada por el rey el 23 de febrero de 1981. El rey ordenó a militares de su confianza que cogieran un grupo de Guardias Civiles para que asaltaran el congreso en su nombre y ver cómo reaccionaba la población. Si la población lo apoyaba, saldría el Rey a ponerse al frente y retomar todos los poderes cedidos para apaciguar el interregno postfranquista. Si la población lo rechazaba, saldría el Rey a ponerse en frente de los opositores al golpe y así fortalecer su papel institucional como garante del nuevo régimen impuesto y votado por una mayoría estatal bajo miedo de peores alternativas
La actitud del tipo este siempre fue el apoltronamiento, la supervivencia en el cargo. No ansiaba poder, sólo mantener su estatuts económico, el que le había concedido Franco, y el perpetuar su prole como casta única que ocupara la jefatura del estado español por los siglos de los siglos.
Su idea era mantener las instituciones franquistas, pero la alta conflictividad social tras la muerte del salvador de la patria era muy grande. Así que decidió crear un partido político entre gente de su confianza para nombrar un nuevo gobierno en torno a Adolfo Suárez, su mano derecha. Adolfo Suárez era un conservador tradicionalista pero con un talante europeista que le hacía acercarse a Europa. Además era pacifista lo que le llevaba a intentar evitar los conflictos con concesiones hasta donde fuera posible.
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| Imagen Público | 
Pero el partido de Suárez necesitaba financiación, y las arcas del Estado no eran muy importantes, así que Juan Carlos pidió dinero al Sha de Persia, que financió la creación de UCD. Con este partido, único legal, se procedió a legalizar el resto de partidos con menos recursos. La victoria de UCD fue aplastante.
Bueno lo demás es conocido, la historia de una farsa, representantes políticos comprados con ese dinero, marginación y condena de aquellos que se oponían a lo que se estaba cociendo, exclusión de la sociedad civil de las conversaciones, referéndum de aceptación de lo que se cocinaba por estos pocos politicastros que no representaban a nadie bajo amenaza de vuelta a los años de la represión, asesinatos de concejales y políticos que denunciaban los hechos y alimentación de fuerzas paramilitares que forzaran al máximo la situación.
Esto tuvo su máximo apogeo con la pantomima de golpe de Estado dada por el rey el 23 de febrero de 1981. El rey ordenó a militares de su confianza que cogieran un grupo de Guardias Civiles para que asaltaran el congreso en su nombre y ver cómo reaccionaba la población. Si la población lo apoyaba, saldría el Rey a ponerse al frente y retomar todos los poderes cedidos para apaciguar el interregno postfranquista. Si la población lo rechazaba, saldría el Rey a ponerse en frente de los opositores al golpe y así fortalecer su papel institucional como garante del nuevo régimen impuesto y votado por una mayoría estatal bajo miedo de peores alternativas

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