Y unos cojones que mis antepasados son moros y de izquierdas

Imagen: La paseata
Dentro de los temas pendientes en la lista de temas pendientes de HFC, éste es uno del que se ha hablado algo pero no lo suficiente.

Parece ser que los primeros pobladores humanos (dejémonos de chorradas del hombre de Atapuerca que no era más que un puto mono) que llegaron a Europa lo hicieron a través de África o Asia, debido a que todo hace indicar, según los últimos estudios, el origen del homo sapiens sapiens está en África Central, en algún lugar entre las actuales Namibia y Kenia. No se ha descartado que el homo sapiens evolucionara de su antecesor en varias regiones diferentes, pero parece poco probable.

Se sabe que los movimientos migratorios de los humanos eran debidos a situaciones de escasez de recursos alimenticios que hacian que parte de la población de una tribu tuviese que abandonar la comunidad en busca de algún otro territorio del que poder sacar los nutrientes  en su mayor parte a la curiosidad innata del ser humano por descubrir nuevos territorios (si veo a través del mar una isla... por mis huevos allí hay que ir). Esto, junto a la facilidad de adaptación del hombre a todo tipo de climas hizo que la expansión humana fuera relativamente muy rápida. Hoy en día se considera que esta facilidad adaptativa a nuevos medios no es exclusiva del ser humano moderno, y que otras especies como Neandertal, Denisova o Erectus aportaron a través de un proceso de hibridación con nuestra especie la diversidad genética necesaria para conseguir esta adaptación.

Parece ser también, aunque no está probado, que el Mediterráneo Europeo fue habitado por población proveniente del norte de África hace unos 5000 años. Lo que sí es seguro es que la península ibérica s que vivió este proceso, falta por demostrar que no sólo se quedaron en la península, sino que llegaron a prácticamente toda la Europa mediterránea e incluso más al Norte, como las islas británicas.

También se cree que este movimiento migratorio no fue de golpe sino que se produjo a lo largo de unos 3000 años, empujando la población más reciente en llegar a la más veterana o regiones más norteñas.

Si aceptáramos la hipótesis de esta "unidad" etnográfica, podriamos aceptar que todos los pueblos europeos que estaban en Europa antes de la llegada de los pueblos indoeuropeos, los verdadores pobladores de Europa debido a su gran número, provenían de estas migraciones del norte de áfrica, y serían parientes de algún modo. Aunque como ya he dicho, esta teoría es difícil de probar, ya que sólo uno de todos esos pueblos permanece vivo y lo que queda del resto tienen un dudoso parentesco, aunque es muy probable que todos estos pueblos provengan de África aunque de zonas diferentes y, por lo tanto, pertenecen a familias sustancialmente diferenciadas, aunque sí podrían tener una raíz común.

En todo caso parecería que de ser así, los Pelasgos, pobladores de Grecia antes de la llegada de los griegos, serían los primeros de estos pueblos. Otros pueblos conocidos, con la característica de estar en Europa mediterránea sin ser indoeuropeos serían los etruscos, los ligures, los vascones y los iberos. La teoría, aunque es difícil de demostrar, parece ser bastante aceptable.

Tenemos entonces una situación en torno al año 2000 a.e.c en la que todos estos pueblos, y otros posibles ya desaparecidos y de los que no conocemos nada, ya habitasen en Europa justo cuando empezaron todas las migraciones indoeuropeas procedentes de un lugar indeterminado entre el Mar Caspio y Siberia. Los indoeuropeos, prolíficos como pocos, blancos de piel (posiblemente por la hibridación antes mencionada), relativamente fuertes y evolucionados en territorios ligeramente hostiles, no tuvieron dificultades en asimilar-eliminar los restos humanos que se iban encontrado en su movimiento hacia Sur y Oeste.

Imagen: Profesor Bigotini

Dejando de lado las migraciones hacia Persia e Indostán, que en este momento no nos interesan, los pueblos indoeuropeos se desplazaron hacia occidente con el mismo mecanismo que lo hacían los que llegaron del Norte de África: cuando los recursos se hacían insuficientes aumentaba la curiosidad, parte de la tribu tenía que irse en busca de nuevos recursos territorios.

Uno de estos pueblos indoeuropeos era el Celta. El pueblo Celta no sé sabe muy bien que rasgos físicos tenía, pero seguramente se caracterizaba por cabellos claros, piel blanca y cabeza dodicocéfala. Su origen parece situarse en los bosques de Bohemia y Moravia, en torno a la actual república Checa, desde donde se expandieron hacia toda Europa. Pero la importancia del pueblo celta no era sus migraciones, sino su cultura. Por alguna razón, la ética, la moral, la lengua y la forma de vida céltica era fácil de asimilar por aquellos pueblos que estaban en contacto con ellos. Esa es la razón fundamental de que de entre los pueblos indoeuropeos, los que más grado de expansión tuvo fuera el celta. Sí, tambien migraron, pero ya no destruían a la población local, ya que en muchas ocasiones eran inferiores en número, además, el sedentarismo estaba extendido debido a las revoluciones agrícolas y ganaderas.

En torno al año 1000, los primeros grupos de población con cultura celta entran en la península ibérica llegados en embarcaciones a la costa del cantábrico y a través de los pirineos, instalándose a lo largo de toda la Meseta y la cornisa Cantábrica, así como en la casi totalidad de Portugal. Debido a las condiciones de la península Ibérica, en muchas zonas se habían creado importantes núcleos de población. Además las migraciones célticas no sólo traían consigo pobladores celtas propiamente dichos, sino personas de otros pueblos indoeuropeos, siempre indoeuropeos, pero que tenían rasgos mayores o menores de celtización. Por ejemplo se sabe que los lusitanos, eran un pueblo de religión y de forma de vida céltica, pero su idioma no era céltico, sin embargo sí era indoeuropeo. Este pueblo llegó junto a la migración céltica (es mejor decir céltica ya que como estamos diciendo, no todos eran celtas. De hecho lo más correcto sería decir migraciones indoeuropeas con prominencia de influencia cultural céltica) y por eso a veces se les considera celtas propiamente dichos. Así que podemos decir que en algunas zonas la población autóctona de origen africano convivió con los nuevos pobladores indoeuropeos, aunque en la meseta y la costa cantábrica, así como en prácticamente todo Portugal, los indoeuropeos pronto se hicieron mayoría y asimilaron-exterminaron a la población indígena.

En el mediterráneo, debido a las fácilies condiciones de vida, y una importante cultura, la población íbera era muy numerosa, lo que provocó que las migraciones indoeuropeas tuvieran que detenerse, aunque en algunos puntos, la frontera entre íberos, indoeuropeos y vascones, era difusa. La cultura íbera era en muchos aspectos más avanzada que la indoeuropea debido al contacto frecuente con Griegos y semitas fenicios, que les enseñaron la escritura entre otros avances. Estos avances fueron recalando en el área indoeuropea de la península, creando unos fuertes lazos entre el norte-centro indoeuropeo y el Sur-Este íbero.

Configuración étnica de la península ibérica en el año 100 a.e.c. según esto:
Meseta: población casi en su totalidad indoeuropea, principalmete de cultura céltica y posiblemente de origen Celta, con presencia de algunos pueblos norteafricanos y algún asentamiento íbero. Presencia eúscara en el nordeste de la meseta cerca del valle del Ebro.
Galicia: población mayoritariamente inodoeuropea, sobretodo en el interior, de cultura predominantemente céltica y con algunos asentamientos indígnas (provinientes de áfrica) a lo largo de la costa.
Cornisa cantábrica: población exclusivamente indoeuropea de cultura céltica.
Pirineo Occidental: población predominantemente eúscara, con importantes presencias indoeuropeas de cultura céltica y algún asentamiento íbero.
Pirineo Oriental: población predominantemente íbera, con importantes presencias eúscaras y alguna presencia indoeuropea.
Mediterráneo Norte y valle del Ebro: Población casi en exclusiva íbera, con asentamientos importantes indoeuropeos en el alto valle del Ebro y presencia eúscara. Colonias griegas en la costa con poca población griega y esclavos procedentes del mediterráneo oriental.
Resto del Mediterráneo y valle del Guadalquivir (Andalucía): Presencia casi totalitaria de población íbera. Asentamientos coloniales de griegos, y semitas fenicios (fenicios y cartagineses) de escaso valor poblacional aunque de importante presencia cultural. También pequeños núcleos provenientes del norte de África.
Imagen Slidshare

En este momento comienza la historia en la península. Los griegos, entre ellos el historiador Erodoto, hablan de Iberia. Sus habitantes, los íberos. Hablan de la Kéltika. Sus habitantes, los Keltoi. Se referían a la actual España y Portugal y la actual Francia. Cuando en el siglo I a.e.c. los romanos llegaron a Iberia siguiendo los apuntes griegos a través del mediterráneo, se encontraron con los íberos. Pero pronto se llevaron una sorpresa al ver que los habitantes de la meseta se parecían más los Celtas (de Keltoi) de la Galia (de Kéltica) que a los Íberos. Por eso les llamaron los Celtas de Iberia o Celtíberos. Con esta denominación se quedaron los pueblos indoeuropeos que estaban en el alto Ebro, ya que los Romanos entraron al interior de la península por este río.

Los romanos que llegaron a Hispania eran principalmente soldados de la Legión, aunque también llegaron funcionarios de toda índole. La legión estaba constituida por mercenarios provenientes de todas las provincias del imperio, así que podemos decir que la población ítala dentro de los invasores romanos no era muy abundante. Además, muchos eran generales y nobles que rara vez entablaban contacto con la chusma indígena, aunque es cierto que muchos contrayeron matrimonio con hijas de régulos locales para pacificar y someter un territorio, de por sí belicoso y reacio a la romanización. A pesar de todo la romanización fue culturalmente imparable, eso sí, la población seguía siendo Indoeuropea en el Centro-Norte, eúscara en el pirineo, e Íbera en el Sur-Este. Por esta época llegaron también los primeros hebreos que huían de la persecución romana en la provincia de palestina, pero en un número practicamente despreciable.

Imagen: El rincón políticamente incorrecto
Tras la caída del imperio, la provincia fue invadida administrativamente por el pueblo germano de los godos occidentales (visigodos). Estos eran muy escasos en número y mantenían una endogamia característica de la nobleza gobernante. Vinieron a hacer el papel de los romanos. Aunque hubo otros pueblos germanos (y no germanos también) que intentaron controlar administrativamente la antigua provincia de Hispania, los Godos fueron los que lo consiguieron. Tras unos años de unidad ficticia, ya que siempre había alzamientos, territorios sin controlar, invasiones bizantinas y francas, etc., los terratenientes hispanorromanos del sur penínsular (en su mayoría de antepasados funcionairos romanos y originarios de la nobleza íbera) empezaron a cansarse de los opresivos impuestos visigóticos así como de las formas extranjeras de gobernar, así que pagaron a mercenarios árabes que acababan de conquistar el norte de África para que destruyesen la monarquía germana.

Imagen: Youtube
Esta financiación permitió la entrada de varios miles de soldados provenientes del norte africano, comandados por caudillos árabes y con un ejército beréber y árabe, acompañado de voluntarios hispanorromanos de origen íbero que echaron abajo a la monarquía en unas pocas batallas y controlaron en pocos años la casi totalidad de la península. Los nuevos jefes árabes, emocionados con la facilidad de conquista, decidieron instalarse allí, y ocupar el lugar que romanos y visigodos ocuparon antes. Llegó una importante cantidad de población árabe y fundamentalmente beréber que se instaló en las ricas huertas del mediterráneo, aunque la gran mayoría de la población seguía siendo la autóctona de antes de la llegada de los romanos. Muchos, se vieron influenciados culturalemente y abandonaron el latín por el árabe y se hicieron musulmanes, aunque la mayoría siguió siendo cristiana, abandonando eso sí el rito romano sustituyéndolo por un rito heterodoxo propio llamado mozárabe. Además, hubo una tolerancia cultural inusitada y muchos se convirtieron al judaismo a pesar de no ser hebreos, posiblemente por ser mucho menos estricto que el islam y que el cristianismo en las condiciones de la época.

Aunque durante los siete siglos de presencia árabe no paró de llegar migración árabe y beréber a la península, ésta siempre tenía el mismo destino en las grandes urbes y en la huerta mediterránea. La población autóctona estaba diferenciada. Además, en las urbes se distinguían bien los barrios judíos, de los musulmanes y de los cristianos. Y no sólo eso, hay que decir que la mayoría de los musulmanes y los judíos no eran ni de origen árabe, ni hebreo ni beréber.

En conclusión, la probabilidad de tener un antepasado beréber o árabe es muy remota. De tenerlo Visigodo es casi imposible, y ni que decir tiene de tenerlo Romano. Ya no te cuento árabe, o fenicio, es una utopía.

Además, esta posibilidad disminuye a medida que tus orígenes son de más al norte y sobre todo si tus antepasados no son de generaciones de una gran ciudad.

Con esto lo único que quiero es desmontar la mentira del crisol de razas que nos contó Franco y sus acólitos. Aquí sólo ha habido tres grupos étnicos diferenciados: indoeuropeos (principalmente celtas), íberos y vascones. Es cierto que estos últimos están ligados a un territorio reducido y de poca población, original, pero suficientemente aislada como para haber constituido en ocasiones un importante contingente de colonos principalmente para la repoblación de Castilla en el periodo medieval.

Quiero señalar el importante grupo de migraciones que desde la edad media y hasta el siglo XVIII hubo de europeos que se asentaron en diferentes áreas territoriales de la península. De los reinos francos, a partir de la creación del Camino de Santiago, llegó multitud de población, siendo algunas localidades del interior peninsular totalmente creadas y habitadas procedentes de Francia, principalmente, así como la creación de colonias en el sur de la península de personas procedentes del Flandes español en la Edad Moderna. En estas zonas geográficas específicas, se puede decir que la población actual tiene orígenes en estos migrantes. Obviamente seguro que se me escapan más grupos migratorios de importancia hasta el siglo XX, pero nunca lo serán tanto como los que he expuesto.

Otro gran fenómeno que ha variado mucho el asunto fueron las migraciones internas a partir de finales del siglo XIX y, fundamentalmente, a partir de los años 40. Madrid, Barcelona y Vizcaya vieron como recogieron población del resto de España que se ha asentado allí de manera definitiva, creando un grupo poblacional muy heterogéneo, sobre todo en el caso de Barcelona.

Finalmente, he de decir que el real cambio demográfico se está viviendo desde finales del siglo XX, donde la entrada en la CEE, hoy Unión Europea, y el crecimiento económico que vino aparejado a este hecho, ha atraído a un montón de personas procedentes de todo el mundo, principalmente Reino Unido, Alemania, Marruecos, Ecuador, Venezuela, Rumanía, etc. Personas que están influyendo mucho en la genética y sí que están convirtiendo a algunas regiones (Madrid, Barcelona, Murcia) en un verdadero crisol de razas, esta vez sí que de verdad.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
No te avergüenzes de lo que eres. Sal por europa y comparate fisonomicamente y veras a que te pareces mas.
HFC ha dicho que…
A Paquirrín, principalmente me parezco a Paquirrín