Otra vez, tengo que indignarme

Como cada mañana al venir a traba... a mi lugar de trabajo, he vuelto a poner la SER para ser desinformado por la propaganda nacional-socialista urdida en la calle Ferraz por el cacique Pepe Blanco y su banda de mafiosos terroristas que se niegan a condenar los atentados del GAL que cercenaron la vida de tantos jóvenes y de algunos ya con pelos suficientes como para no necesitarlos en la coronilla.

El Santo Padre en Valencia: El Mundo


Y vi como el señor, con respeto a los señores, Carlos Francino (cuyo nombre viene de admirador de Franco) arremetía de manera exagerada y desordenada contra el nefasto líder de la oposición que todos sabemos quién es pero que no voy a mencionar porque no quiero hacer propaganda a los delincuentes. Al parecer el susodicho tipejo con barba ha sentenciado que el Presidente del Gobierno de la Nación anteriormente conocida como España no representa a los españoles (si es que esa categoría ha existido alguna vez) en las negociaciones en el proceso de paz iniciado con el pueblo vasco. El señor presentador del programa de más arraigo en la cadena del grupo PRISA, afirma que si el Presidente del Gobierno no representa a los ciudadanos ¿quién lo hace?.

Bueno, se puede admitir como válido el argumento desde un punto de vista legalista y protocolario, aunque, obviamente, no desde el práctico. Pero en fin, aceptamos barco. Pero he aquí donde la conocida cadena SER, conocida por su extraña participación en las irregularidades de información durante el famoso 11-M, difunde una opinión enmascarada bajo aura de noticia por su presentador "estrella" de los informativos de la mañana (esos informativos que según el EGM, financiado directamente por el mismo grupo de comunicación que sostiene a esa cadena de emisoras de radio, son los que tienen más audiencia en el territorio nacional excluido Portugal).

Con motivo de la visita de Su Santidad el Papa este fin de semana a la todavía ciudad española de Valencia, el autoproclamado Presidente del Gobierno de la supuesta nación española, ha declarado que no va ir a la celebración que va a presidir Su Santidad el próximo domingo, día del Señor. Vale, nadie ha dicho nada, es un acto extremo de descortesía, pero estamos acostumbrados, siglos de gobernantes ineptos e inaptos hacen que no te sorprendas de tales felonías. Pero el señor Francino, por no decir cabestro, dice que quién se podría enfadar porque el Presidente del Gobierno "no vaya a una simple misa".

En estos momentos es cuando uno piensa en sus cinco años en la Universidad, sus libros leídos, su formación extra-académica, su vocación por las ciencias de la información, y no le queda más remedio que arremeter contra el destino o contra el Demiurgo por permitir que tal tipo de simples personajes puedan tener un puesto de responsabilidad en un importante medio de comunicación y desinformación, y tú estés escribiendo mensajes absurdos a las 9 de la mañana en una oficina perdida en una calle de Campamento.

¿Pues no dice el señor Francino que una visita oficial de Su Santidad el Papa de Roma, Jefe de Estado legítimo del Estado Vaticano, referente moral de miles de millones de personas en el mundo y decenas de millones en el Estado al que dicho Presidente del Gobierno que, hemos quedado, representa a los españoles (si es que existen, a todos), es una simple misa?

No señor Francino, la visita del Papa a Valencia no es "una simple misa" al que el Presidente pueda faltar porque tiene una falla moral que le hace creer que él en su dilatada experiencia de cuarenta años a alcanzado más conocimiento metafísico que La Iglesia en 2.000 años. La visita del Papa es ante todo la visita de un Jefe de Estado admirado y respetado por la mayoría de los españoles a los que dice representar, y su obligación como representante máximo de las instituciones electas del Estado Español es acudir a los actos oficiales que presida el Santo Padre.

Pero la blasfemia anticristiana no paró ahí. El señor Francino alabó al concejal "traidor" de Aralar por negarse a decir "Viva San Fermín, Gora San Fermín" ya que el señorito navarro es agnóstico. Pues si eres agnóstico y no vas a poder, por cuestiones de objeción de conciencia, el pronunciar la tradicional arenga de inicio de las fiestas más famosas del mundo, pues retírate, hazte a un lado, y permite que alguien que sí sienta la tradición, pronuncie las palabras. Hay algunos que por hacerse una foto no tienen escrúpulos en pisotear la dignidad colectiva de una Nación. Y hay payasos lameculos del poder, que en su afán de desprestigiar al rival político que no lo es de hecho, acuden a cualquier tipo de miseria moral y de estulticia supina en grado máximo haciendo el mayor de los ridículos y confundiendo a sus desiformados oyentes ávidos de que algún imbécil de pacotilla forme sus opiniones absurdas y llenas de odio y rencor trasnochado y pijoprogresista.

Gracias por la atención ciudadano.

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