Mamá, quiero ser artista

En este Estado, que pretende ser país por el uso indiscriminado de la fuerza y el adoctrinamiento ideológico, me sorprende ver la alto consideración que se tiene a la opinión de la gente del mundo de la farándula, el cine y el teatro.

Quiero recordar que los actores no son un ejemplo de inteligencia y moral como para tener tanta
La Actriz Lindsay Lohan demostrando la capacidad
intelectual media de un actor. Imagen: C1000
presencia en los círculos de creadores de opinión. Normalmente, cosas como el teatro y la actuación son consideradas como una afición, no como un fin en la vida. Un actor no es más que aquel niño que suspendía todas las asignaturas en tercero de EGB por falta de capacidad intelectual y vagancia y que, a falta de llamar la atención por su buen comportamiento y/o mejores resultados académicos, tenía que hacerlo comiéndose una lombriz de tierra en el recreo. Ni que decir tiene que un director no es más que un actor frustrado, es decir, lo más bajo dentro de lo bajo.

Sí, esos son los personajes que durante un lustro se convirtieron en el adalid de la lucha política en este Estado. Y el problema no es de ellos, que en algunos casos han conseguido llegar a ser buenos padres de familia y buenos pagadores de impuestos, el problema es que el pueblo se deje aconsejar por sus inferiores intelectuales y, lo que podría ser peor, morales.

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