Desde que Lenin destruyó a la izquierda y la II y III internacional decidieron fagocitar el Movimiento Obrero Internacional, son muchos los que, desde la derecha, se han encargado de apoderar de las siglas de la izquierda: Stalin, Mossolini, Franco, Hitler... hoy en día son tratados como el fracaso de la izquierda.
El fracaso de la izquierda es haberse dejado robar las siglas por estos adalides de la derecha liberticida. Hoy en día lo vemos en ZP, que se dice obrero y socialista, pero que actúa como su correligionario Adolfo, que también era líder de un partido obrero y socialista.
Corre por toda Europa un movimiento neonazi que sigue las políticas de Hitler paso a paso. El capitalismo de estado (mal llamado socialismo real) en el que las empresas privadas están intervenidas por gobiernos elegidos de una manera dudosa. Obviamente la democracia en Europa está más que en cuestión: constituciones que impiden la participación activa y directa de los ciudadanos y que barren de los parlamentos aquellos grupos opositores. Entre estas empresas están los bancos.
Ahora, con el dinero que roban a los ciudadanos, compran a las juntas directivas de los bancos y, desde allí, financiarán sus proyectos políticos. Guerras, exterminios de minorías étnicas, proteccionismo nacional. Queda poco para la imaginación, el IV Reich está presente, y lo peor es que nos intoxican diciendo que parte de la izquierda, que está totalmente recluida en pequeños movimientos católicos fuera de la jerarquía eclesiástica ocupada por hombres de paja del capitalismo.
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| Imagen: Popurrí histórico |
El fracaso de la izquierda es haberse dejado robar las siglas por estos adalides de la derecha liberticida. Hoy en día lo vemos en ZP, que se dice obrero y socialista, pero que actúa como su correligionario Adolfo, que también era líder de un partido obrero y socialista.
Corre por toda Europa un movimiento neonazi que sigue las políticas de Hitler paso a paso. El capitalismo de estado (mal llamado socialismo real) en el que las empresas privadas están intervenidas por gobiernos elegidos de una manera dudosa. Obviamente la democracia en Europa está más que en cuestión: constituciones que impiden la participación activa y directa de los ciudadanos y que barren de los parlamentos aquellos grupos opositores. Entre estas empresas están los bancos.
Ahora, con el dinero que roban a los ciudadanos, compran a las juntas directivas de los bancos y, desde allí, financiarán sus proyectos políticos. Guerras, exterminios de minorías étnicas, proteccionismo nacional. Queda poco para la imaginación, el IV Reich está presente, y lo peor es que nos intoxican diciendo que parte de la izquierda, que está totalmente recluida en pequeños movimientos católicos fuera de la jerarquía eclesiástica ocupada por hombres de paja del capitalismo.
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