Death Boat

Nosotras parimos, nosotras decidimos. Esto es lo que gritaban unas señoras - y, sorprendentemente, algún señor - en el puerto de Valencia cuando una serie de mujeres se subía al barco de "women on waves" para exterminar la vida uterina que albergaban en sus entrañas.

Los amantes de la libertad estamos siempre de acuerdo con que cada persona decida sobre su propia vida. También creemos que las personas deben ser responsables de las acciones que toman con libertad.

Me extraño ver una señora de treinta y muchos, quizá más de cuarenta, que se subió al barco para cometer el infanticidio bajo la legalidad holandesa. Decía cosas sobre la sociedad machista y sobre su derecho a decidir. No dijo nada sobre qué cabeza tiene una mujer de cuarenta años que se queda embarazada sin quererlo.

La idea es clara, si una persona tiene libertad suficiente para mantener relaciones sexuales adultas, consentidas y libres, debe tener responsabilidad suficiente de las consecuencias de estos actos. Personalmente no me voy a "oponer" físicamente a la decisión de esta mujer en concreto y de sus compañeras - que no conozco su situación concreta porque prefirieron ocultarse - pero creo que de la misma manera que estas personas exigen que se respete su libertad individual para actuar por ellas y por el nonato, esto último más discutible, deben ser reponsables del hecho que les ha llevado a esa situación y a no pedir a la sociedad que pague por sus actos.

Imagen: CONAPFAM


El derecho al aborto es moralmente muy discutible, debido a que pones en mano de una persona la vida de otra y, hasta cierto punto, la sociedad puede verse incoada a impedir este derecho. Pero al fin y al cabo es cierto que es una decisión de los padres con sus hijos, como el derecho a elegir la educación u otros aspectos de la vida del hijo. La polémica real surge en dos ámbitos:

El derecho del segundo progenitor en participar en la decisión sobre la vida de su hijo. Si bien es cierto que por razones puramente naturales es la madre la que alberga al nonato, el hijo, hasta lo que es conocido, tiene que tener dos progenitores. ¿Dónde termina el derecho a decidir de la madre y empieza el del padre?
La pertenencia de la vida del ser humano es el segundo problema. Aquí hay dos partes: una, el derecho a la vida del nonato que es totalmente ejercido por su progenitora. La otra parte es si un humano es totalmente propietario de su propia vida y, por lo tanto, tiene realmente derecho a disponer de ella a voluntad. Esto entra dentro del plano ético, y lo vemos incluso en la legislación, donde es un delito el intento de suicidio.
Todo esto trae una segunda polémica en cuanto no sólo se reivindica el derecho al aborto, es decir, la despenalización de las prácticas abortistas, sino que también se reivindica que éste sea ejercido por profesionales que no se deben negar a respetar la voluntad de la progenitora y que además sea gratuito con cargo al estado.

Obviamente esta polémica tiene una fácil resolución. Si una madre tiene derecho a decidir libremente sobre su cuerpo y sobre la vida que alberga en su interior, los profesionales deberían ser libres de ejercer su profesión de la manera que crean más adecuada y negarse a una práctica que, según cómo se interprete, podría violar el juramento de salvar vidas y curar enfermedades, teniendo en cuenta que el embarazo para nada puede considerarse una enfermedad y la interrupción del mismo podría considerarse como quitar una vida.

La polémica de la gratuidad nos vuelve al principio, la persona que es libre para decidir debe ser responsable de sus actos y, por lo tanto, no esperar que los demás paguen por su "irresponsabilidad". Una persona que es suficientemente adulta como para decidir que puede tener relaciones sexuales, debe ser consciente de las implicaciones que ello conlleva y, o tomar medidas para minimizar estas implicaciones, o ser totalmente responsable de esas implicaciones a asumirlas con madurez.

Cualquier otro análisis de lo expuesto aquí, supongo que no ha tenido suficiente reflexión y, de lo contrario, supondría una visión de la humanidad, de la libertad y de la responsabilidad muy fuera de lo comunmente aceptado.

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