Pensamientos propios: Enrique Bunbury

Ayer hablando de Fermín Muguruza, el único artista que un conocido HFCista valora como persona, se enlazó con Enrique Bunbury al cual sólo valora como artista y ensalza su profesionalidad y su dedicación a su público en discos y conciertos.

Y eso se debe a una razón y es que Bunbury no es una persona, es un artista, una pose creada. En el principio de sus tiempos Bunbury era un tipo rebelde que consumía drogas compulsivamente para componer y disfrutar. Él decía que también para tener experiencias espirituales, pero eso no hay quien se lo crea, ni que lo hiciese con ese fin ni mucho menos que lo consiguiera, simplemente era parte de la fachada en ese momento.

Imagen: Wikipedia

Siempre ha tenido una pose de viajero independiente, recorriendo lugares inhóspitos sin más equipaje que una mochila para mezclarse con la gente de diferentes lugares del mundo

Con los años ha cambiado de imagen, ahora va de persona madura y cabal que disfruta con la poesía, la pintura y la escultura.

Pues bien, desconozco sus motivaciones en antaño, pero a día de hoy, a Enrique Ortiz (persona que se esconde detrás de la fachada del artista) estoy seguro que no le importa lo más mínimo leer libros de escultura. Más bien me lo imagino un domingo por la tarde en el salón de su casa, sentado en el sofá, vestido con un pantalón de chándal de felpa comprado en Carrefour y una camiseta de Ibercaja que le regalaron al abrirse un plan de pensiones. Y en lugar de un libro, entre las manos tiene el mando a distancia de la tele ya que acaba de comprar en PPV el partido del Real Zaragoza. Es más, pondría la mano en el fuego porque verá el partido tomándose una cerveza Ambar y una ración de oreja acompañado de su amigo Juan Valdivia

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