Beber al volante

"Es como los letreros que dicen No podemos conducir por ti ¿Quién te ha dicho que quiero que conduzcas por mí? Las copas de vino que me tomo, déjeme que las tome tranquilamente; no pongo en riesgo a nadie"

Insinuar que un drogadicto bajo los efectos de sustancias estupefacientes está en plenas facultades para manejar maquinaria peligrosa ha sido, es y será una opinión que sólo puede compartir la derecha. Sólo un borrachín de tres al cuarto es capaz de sostener ese argumento sin ruborizarse.


Eso es válido para la ley antitabaco, para la obligación de asumir como matrimonio la unión de un pollo con una cerda y otras cafradas fascistoides del gobierno nacional socialista de los trabajadores de España.




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