La ideología nacionalista

Hubo una época, hace unos quince años o así, donde corría por la estepa la sensación de que todo ya estaba inventado en el mundo del desarrollo social y que se había llegado a un consenso en occidente de que el respeto de las libertades individuales era la mejor manera para asegurar el desarrollo económico. En ese marco, el concepto de estado nación estaba superado por el concepto de integración y tarde o temprano, los estados cederían soberanía a entes supraestatales que determinarían las decisiones importantes en el ámbito de lo estrictamente colectivo desde el punto de vista de la neutralidad institucional y el bien común. "El nacionalismo español no existe", decían.

Imagen: Emaze.com

En esa época, algunos agoreros entre los que me encuentro se hablaba del peligro del nacionalismo y de cómo las actitudes del pasado estaban ahí latentes pero ni mucho menos han desaparecido. El ser humano termina siendo conservador y, por ello, si la situación es más o menos confortable, aceptará el estado de las cosas de manera mayoritaria aunque no esté del todo cómodo con el encaje que tiene la realidad social con su ideal.

Los agoreros destacábamos que las sociedades occidentales y, por qué no decirlo, el resto de sociedades del mundo, han crecido bajo el profundo convencimiento de la superioridad moral del nacionalismo. El nacionalismo es una ideología que se expresa con mayor o menor virulencia en todos los ámbitos de la vida y que es prácticamente imposible de parar. La ideología nacionalista muchas veces ha sido denostada por los medios de comunicación y por los líderes políticos, pero pocas veces ha sido combatida, cuando no ha sido aplaudida. Y está presente allá donde nos movamos.

De hecho, si alguien denuncia el nacionalismo rápidamente será encasillado como antisistema o loco; y es que la ideología nacionalista es la preponderante en todas las sociedades. Nos intentan engañar con la dicotomía izquierda-derecha, con el laicismo y la religiosidad y con algunos inventos sociales más modernos como la globalización y la antiglobalización. No dejan de ser familias de una misma ideología: el nacionalismo. 

Hoy en día será difícil encontrar gente que realmente no sea nacionalista. Es gente que no se sentirá orgullosa por haber nacido en tal o cual país, que no discrimine a las personas por su origen, que considere que todos los seres humanos tenemos los mismos derechos con independencia de nuestro lugar de procedencia, etc. Y las leyes van mucho más allá. La propia ONU reconoce entre la lista de derechos el de tener una patria, es decir, ser de una nación. Es más, una persona que no tenga patria tiene un problema, porque se dice abiertamente que prácticamente no es persona. Hace unos meses leí un artículo en que los rohingya del golfo de Bengala, son una minoría a los que el estado birmano les ha excluido de la posibilidad de tener nacionalidad, por lo tanto en Birmania no tienen derechos de ningún tipo, pero tampoco tienen posibilidad de migrar. Obviamente, al ser un pueblo sin recursos tampoco puede combatir por el intento de gobernar una tierra y, en definitiva, nadie les quiere. Las leyes internacionales y nacionales protegen la nacionalidad, es decir, el hecho básico del nacionalismo.

Por eso mismo, cuando surgen problemas se airea la bandera del nacionalismo, porque está muy enraizada la creencia en que la base de toda sociedad es la nación, la patria. Es decir, el igual frente al diferente. La ideología nacionalista siempre considerará que existe un enemigo exterior que es la que provoca los problemas en el interior, como si fuese imposible que los compatriotas nos pudiesen hacer algún daño. Hay muchos ejemplos:
  • En los territorios de la Autoridad Palestina se dice que los problemas los causan los judíos.
  • En Estados Unidos tienen problemas por el exceso de mexicanos que llevan delincuencia y narcotráfico.
  • Los problemas económicos de España e Italia son por culpa de las políticas de austeridad de la Unión Europea y del gran número de inmigrantes que vienen de África y Siria.
  • En la Unión Europea la culpa de todos los males es debida a la intromisión de los servicios de inteligencia rusos.
  • En Cataluña la culpa la tiene España que roba recursos.
  • En Venezuela hay desabastecimiento, por la intromisión de España y Estados Unidos.
Hay mil ejemplos, pero siempre, siempre, hay un interés común que es la patria y unos traidores y extranjeros que impiden que la sociedad avance por "la normalidad". En ese momento se sacan las banderas a los balcones y se grita a favor de la unidad. En los momentos en que hay tranquilidad, se mantiene latente a través de competiciones deportivas en las que se sacan las banderas y se grita en contra del enemigo. Corren malos tiempos para los internacionalistas y, sinceramente, no creo que veamos un cambio ante estas actitudes. Yo recomendaría a los no nacionalistas que educasen a sus hijos en el respeto y que no transmitiesen las ideas de odio al diferente habituales, por si algo se les pega, aunque les será difícil.

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