Moral

Hoy quiero escribir, un correo a HFC, que causará debate entre la peña. Se trata de un tema moral. Un

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hachefecista comentó una vez sobre la capacidad de las personas para perdonar, condenar e infligir castigos.

Y es que cada vez estoy más convencido de que una persona no puede condenar, desde un punto de vista moral claro, no desde un punto de vista de capacidad. La ética tradicional en la que afortunadamente estamos inmersos nos diría que el castigo y la condena no es algo que nos pertenece, en cambio sí lo es el perdón y el auxilio al necesitado del mismo.

En los evangelios se puede observar una conducta de Jesús que bien refleja esta actitud frente a la vida y cómo podría ser una forma de actuar. Los judíos debían comer alimentos bendecidos y lavarse bien las manos para que no entre la impureza. Bien, pues estas medidas están muy bien en el plano de la higiene, sobre todo la última, pero no en el plano de lo que está bien y lo que está mal, ya que los fariseos se escandalizaban por no guardar el ayuno y las tradiciones. Decía entonces Jesús que no deben asustar las leyes de los hombres, sino las de Dios, no debe asustar las impurezas que vengan de fuera, porque esas se expulsan a la letrina, sino las que salen de dentro, las del corazón.

Por ello, no debemos avergonzarnos de apoyar o amar a los que muchos critican y a los que obran mal, porque ellos no nos van a contaminar. El dar de comer al hambriento, aunque este sea una mala persona, no es un acto malo. Nosotros no somos nadie para condenar las obras de otro ser humano, pero sí que podemos ayudarle enseñándole el porqué se han equivocado desde el amor, sin volverles la espalda. Si son enfermos, necesitan un médico ¿O pretendemos curar a un sano?