Marruecos, es un país donde se censura a los medios de comunicación. Tiene unos altos índices de corrupción y es, de facto, una dictadura hereditaria donde no se respetan los derechos humanos y donde la libre expresión no existe. La seguridad jurídica de las empresas no está garantizada así como la propiedad privada que está subordinada a los intereses de la élite gobernante. La función pública del Estado dista de redundar en garantizar servicios básicos y más bien está a la disposición de su monarca.
Además de ser un coladero para el tráfico de drogas y de la explotación de seres humanos y su comercio en redes de tráfico ilegal de mano de obra con Europa. Se sabe además que la policía, y puede que más arriba, hacen la vista gorda con estas situaciones, cuando no participan directamente de ella.
Occidente, siempre atento a estas manifestaciones de falta de democracia, levanta la voz.
Occidente, siempre atento a estas manifestaciones de falta de democracia, levanta la voz.
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| Imagen 20 Minutos |
Aquí vemos al Jefe de Estado de un democracia occidental, recriminando al dictador marroquí la represión a sus súbditos. Sabemos que se comportará igual con todos los dictadores... por lo menos con los que no hayan sido elegidos en unas elecciones directas, como él.
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