Agua

¿Como se debe intervenir en el mercado del agua dulce para asegurar una distribución eficiente de este recurso a precios bajos y evitar el desabastecimiento?

Hace unos años, la ministra del ramo Cristina Narbona dijo que se iba a implementar una medida que establecía una normativa europea que limitaba el consumo agua.
 
En aquel momento la propuesta me pareció inoportuna, desacertada, precipitada, demagógica e irrealizable. Estaba claro que el mercado del agua necesitaba una revisión pero ella no lo supo transmitir. Es una inepta. Después de las declaraciones de los 60 litros (que era el límite de consumo propuesto por la ministra), en su día todo quedó en nada porque la normativa comunitaria lo que pedía es que se trasladase al precio del agua el coste real de su producción y abastecimiento. Osea, nada que ver con lo dicho por la Ministra; y creo que desde entonces no se ha hecho nada.

Me parece absurdo hacer este tipo de estimaciones. El precio del agua está muy por debajo del precio de mercado, cuando esto pasa, la demanda se dispara y la oferta es incapaz de satisfacerla. Es decir, restricciones de agua, cortes, etc.

Imagen de: Ambientum
Las medidas de revisión de la red de agua, investigación de mecanismos de ahorro y las campañas para moderar el consumo quedan muy bien. Pero la intervención pública, cuál Rusia Soviética, sólo está generando cartillas de racionamiento, que es lo que nos vende la ministra del ramo. Es decir, la vuelta a los peores años del franquismo.
 
Lo que no puede ser es que por considerar el agua un bien de primera necesidad, que lo es, se esté utilizando este bien de primera necesidad para usos que no lo son (industrias, comercios, agricultura).

El agua debería tener un precio igual a su coste interno de producción y distribución + una imposición que internalice los costes externos. Este precio, en Madrid, posiblemente sea unas tres veces superior al actual.
 
Pero hay varios problemas, primero la característica de bien de primera necesidad. Esto se debería solventar dentro de la normativa del IRPF en el apartado de mínimo exento, ya que no se debe gravar la renta mínima de subsistencia. Otro problema es la casi imposibilidad de crear un mercado perfectamente competitivo por mecanismos naturales. Bueno, esto también tiene solución, aunque no hay voluntad política.
 
El caso es que no se pueden beneficiar de precios reducidos del agua aquellos que la utilizan para sus piscinas, sus céspedes, sus campos de golf o para lavar el coche. Y los cupos y el razonamiento es una medida desfasada, ineficiente y que no sirve para nada.

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